Es cierto que llevo desde agosto sin
escribir aquí, pero también es cierto que mi vida ha dado un vuelco
imprevisto en el esquema que yo tenía para el final del 2013. Parece
que todo ahora son cambios, que ya nada es lo que era y que toca
adaptarse (aunque no siempre sea fácil). Pero también es cierto,
que después de la tormenta saldrá el sol (y si hay sol de por
medio, algún que otro caracolillo, pero ese no es el tema).
Y bien, la verdad que no sabía
realmente como reanudar de nuevo todo esto, pero casualmente hoy,
creo que tengo el mejor motivo de todos:
Porque si ya bastante bronca me ha
echado por contarle a todo el mundo que hoy era su cumpleaños, no
quiero pensar la que me va a caer cuando se entere que también lo he
puesto aquí. Pero no es para menos, ya que cuando se trata de tu
abuela, no sabes realmente quién va primero, si ella o tu propia
madre.
Quien tiene el gusto de conocerla sabe
que es una mujer cabezótamente única, que se queja y se quejará siempre de
todas las injusticias que vea por la calle. Y que, aunque no tenga pan,
ya hará ella por conseguir que esa persona que está allí sentada
consiga una barra de pan para poder comer. Porque ella es así. Ella
es luchadora, amable, fuerte, genial y como no, peculiar como ella
sola. Con deciros que Machín se la quiso llevar con él, y no os miento, Antonio Machín adoraba a mi abuela y a toda su familia. Pero, ¿quién no la adora, no?
Ella es la que lleva toda la vida
diciéndome que no engorde, que se lo mandó a ella mi médico cuando
era un bebé. Porque es la que me decía esa frase que se me ha
quedado innata en la memoria "ven que te coja". Esta frase
podría no tener realmente mucho que contar, pero lleva una gran
historia detrás. Cada vez que me caía, ella, desde una distancia
prudencialmente alejada, me decía esa frase para que yo, con ese
horrible y enorme aparato que llevaba en las piernas, me levantara
como fuera y anduviera hacia ella. Gracias a ella yo sigo levantándome cada día.
Ah! Y ya puedes echar a correr para que
no te pille como hayas hecho algo que no le parezca bien. Pero
entonces tú, como ya conoces a "la señora Mercedes",
agachas la cabeza y asientes sin rechistar. Porque ella es así,
todos la conocen, todos la quieren y todos preguntan por ella cuando
no va dando guerra por ahí.
Porque ella disfruta de la vida, y lo
intenta incluso cuando su cuerpo le dice que pare un poco, aunque
ella nunca lo haga. Ella simplemente vive, y vive de verdad, y no
como seguramente todos los que estamos leyendo esto, pues el 90%
lleva más del tiempo necesario aquí metido, (en el que me incluyo,
para que engañarnos).
Es este porcentaje el que no ve que su hermano pequeño está preocupado porque mañana tiene un examen, o que su perro le ha cogido todos los calcetines del cubo de lavar porque lleva todo el día sin verle y sólo quiere jugar. Esas son las cosas que ella me hace replantearme día a día. Porque como ella dice:
Es este porcentaje el que no ve que su hermano pequeño está preocupado porque mañana tiene un examen, o que su perro le ha cogido todos los calcetines del cubo de lavar porque lleva todo el día sin verle y sólo quiere jugar. Esas son las cosas que ella me hace replantearme día a día. Porque como ella dice:
"la
gente ya no habla en los autobuses."
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