You turned your back on tomorrow, cause you forgot yesterday.

domingo, 28 de julio de 2013

Cuenta atrás: y tú, ¿que número tienes en mente?

Tal y como comentaba en la entrada que finalmente me decidí a escribir ayer, hoy comienza mi cuenta atrás, mi reto personal. Una cuenta atrás a lo largo de los 7 últimos días que me quedan en Alicante y las consiguientes 3 semanas que voy a pasarme descubriendo(me) (en) Londres, y como no, estudiando aunque sea un poco (pero poco poco eh).

Pensé en retomar el blog haciendo algo diferente y dejándome de esa típica frase que hasta el OpenOffice me tiene convalidada: “siento que haga tanto tiempo que no escribo, va, a partir de ahora un poquito cada cierto tiempo” (cosa que luego no cumplo).

Poniéndonos al lío, tomamos el día de hoy como introducción a la semana dándole una especial atención a toda esa energía que gira en torno al número 7.
Investigando un poco he descubierto más coincidencias de las que imaginaba (ahora es cuando una fuerza superior me lava el cerebro y definitivamente sí que me doy a las “drrrogas” [léase en este caso con un fuerte acento ruso]). 7 son los colores, los Sacramentos, los mares, los pecados capitales y las vidas que tiene un gato. En algunas culturas, es significado de lo bueno, lo perfecto.


Y porque no, alejándonos un poco de este tonito tan filosófico que me está saliendo, que parece que me haya fumado la planta de aloe vera que revivimos la semana pasada tras 5 años sin regar, podemos destacar otros aspectos de dicho número. 7 son los enanitos (aunque mudito siempre haya sido mi amor platónico), los libros de Harry Potter (llámame friki pero sabes de cuales hablo exactamente) y cómo no, las 7 Bolas de Dragón (ahora es cuando todos los hombres del mundo nacidos entre los 80 y los 90 se postran antes mis acalorados pies).

Con respecto a la relación que podría tener este número con mi futuro viaje a Londres, pienso que, de primeras, corresponderá con las 7 vueltas que voy a tener que dar para poder salir del aeropuerto con vida. Seguidamente tendrán algo que ver con las 7 veces al día (como mínimo) que voy a tener un delicioso y burbujeante ardor hasta que mi estómago se acostumbre a la comida; y con los 7 minutos de media que voy a tardar en decir una frase correctamente, incluído el 'asentou bruitanicou' (si no lo has leído con acento británico, vuelve a la casilla de salida y cúrratelo un poquito más, que en verano tu y yo sabemos que no ejercitas mucho las neuronas).


En definitiva, cada uno en el fondo tenemos ese número “de la suerte” y creemos que tiene un significado específicamente para nosotros. ¿Cual es el vuestro?

sábado, 27 de julio de 2013

Bienvenidos de nuevo miembros y miembras

Muy buenas tardes. Desempolvando un poco lo que viene siendo este dejado rincón de Internet debido a un ataque de insomnio esta madrugada, se me ha ocurrido que para retomarlo de una manera un poco original, podría proponerme algún reto con el que llenar el vacío (que sé que lo habéis sentido) de la inactividad de este blog durante tanto tiempo. Pero bueno, ya os informaré un poco más adelante ya que esta entrada es un poco de “transición” haciéndoos un irónico (como no) resumen de qué ha sido de mi vida durante este tiempo. 

Con respecto a dicho tiempo (si me descuido, casi un año) debo destacar mi primer año de la carrera, donde como comentaba en una entrada que publiqué exactamente 18 días antes de empezar la Universidad, conocí finalmente a ese “yo” universitario. Bien, digamos que todos los miedos que mostraba en esa actualización se esfumaron demasiado rápido. Conocí a gente increíble en el primer momento, y he descubierto que no podría haber encontrado mejor compañía en mis andanzas universitarias (me he sentido Don Quijote con esto último).

En cuanto a los estudios, he de reconocer que tenía más miedo de lo que realmente era, aunque lo que viene siendo el “tocho” (del latín “tochus” que significa “un coñazo muy muy grande y pesado que tienes que aprenderte a la fuerza”) de estudiar aumentó su tamaño considerablemente a cada semana que pasaba. Este año, como novedad, encontré alguna que otra piedra. Bueno, lo mío más que una chinarro fue una piedra cuya altura correspondía con la de los “castells” catalanes y supuraba superioridad y chulería a la par de “defensadelprestigidelanostrallengua”. Sí, señoras y señores, mi primera asignatura suspensa, un precioso catalán que protagonizó mis más taquilleras pesadillas y la cual conseguí superar en julio...¿Para cuando unos bailes tribales alrededor del fuego que desprenderán los apuntes de dicha asignatura?
Dejando a un lado el tema de estudios, hay que reconocer que la vida del universitario es bastante placentera, y...como decirlo...te descubres a ti mismo...de una manera un tanto particular...vamos, lo que viene siendo: fugándote de clase y tumbándote en el césped; analizando la cara de tu profesor de Documentación, la cual crees que sería una perfecta caricatura (ejemplo muy similar el de la caricatura de la izquierda); practicando el noble arte de la conversación y el alto al lápiz (típico pero eficaz) en clase de Inglés o comiendo en el club social. 
En cuanto a este último punto, tanto tú como yo sabemos que los primeros días pagaste la comida de allí, porque claro, era la novedad. Pasados unos días/meses empezaste a sobrevivir a base de tuppers, y tanto es así, que llegaste al punto de descongelarte una merluza a la sal en los ardientemente infernales microondas del club social. Sabes que no miento. 


Y bueno, como parece que no tengo término medio, que o no ejercito literariamente el cerebro en un año o te escribo en verso las aventuras del Cid Campeador, redondeo esta entrada recordando el reto que mis atrofiadas neuronas (y para que mentir, mis incesantes preguntas a todo aquel que me rodea) intentan construir con motivo de mi viaje a Londres el próximo domingo, una especie de cuenta atrás a través del número 7 el cual parece que desprende energía por si mismo (tranquilos, aunque me ponga filosófica, no he caído en las "drugas" [léase con un ligero acento gitano]). Hasta aquí puedo leer, dejad crear a la artista que llevo dentro (si consigo despertarla en algún momento, porque vamos). ¡Bienvenidos de nuevo!