Tal y como comentaba en la entrada que
finalmente me decidí a escribir ayer, hoy comienza mi cuenta atrás,
mi reto personal. Una cuenta atrás a lo largo de los 7 últimos días
que me quedan en Alicante y las consiguientes 3 semanas que voy a
pasarme descubriendo(me) (en) Londres, y como no, estudiando aunque
sea un poco (pero poco poco eh).
Pensé en retomar el blog haciendo algo
diferente y dejándome de esa típica frase que hasta el OpenOffice
me tiene convalidada: “siento que haga tanto tiempo que no escribo,
va, a partir de ahora un poquito cada cierto tiempo” (cosa que
luego no cumplo).
Poniéndonos al lío, tomamos el día
de hoy como introducción a la semana dándole una especial atención
a toda esa energía que gira en torno al número 7.
Investigando un poco he descubierto más
coincidencias de las que imaginaba (ahora es cuando una fuerza
superior me lava el cerebro y definitivamente sí que me doy a las
“drrrogas” [léase en este caso con un fuerte acento ruso]). 7
son los colores, los Sacramentos, los mares, los pecados capitales y
las vidas que tiene un gato. En algunas culturas, es significado de
lo bueno, lo perfecto.
Y porque no, alejándonos un poco de
este tonito tan filosófico que me está saliendo, que parece que me
haya fumado la planta de aloe vera que revivimos la semana pasada
tras 5 años sin regar, podemos destacar otros aspectos de dicho
número. 7 son los enanitos (aunque mudito siempre haya sido mi amor
platónico), los libros de Harry Potter (llámame friki pero sabes de
cuales hablo exactamente) y cómo no, las 7 Bolas de Dragón (ahora
es cuando todos los hombres del mundo nacidos entre los 80 y los 90
se postran antes mis acalorados pies).
Con respecto a la relación que podría
tener este número con mi futuro viaje a Londres, pienso que, de
primeras, corresponderá con las 7 vueltas que voy a tener que dar
para poder salir del aeropuerto con vida. Seguidamente tendrán algo
que ver con las 7 veces al día (como mínimo) que voy a tener un
delicioso y burbujeante ardor hasta que mi estómago se acostumbre a
la comida; y con los 7 minutos de media que voy a tardar en decir una
frase correctamente, incluído el 'asentou bruitanicou' (si no lo has
leído con acento británico, vuelve a la casilla de salida y
cúrratelo un poquito más, que en verano tu y yo sabemos que no
ejercitas mucho las neuronas).
En definitiva, cada uno en el fondo
tenemos ese número “de la suerte” y creemos que tiene un
significado específicamente para nosotros. ¿Cual es el vuestro?