You turned your back on tomorrow, cause you forgot yesterday.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ella es serena. Ella es cabezota. Ella es luchadora.


¿De verdad creíais que no iba a escribir una entrada hoy? Aunque ande por aquí coja y dando vueltas por casa, aburrida y como un tigre encerrado gracias a mis queridos aparatos de los pies, hoy es su cumpleaños. Hoy, ella es la protagonista.

Después de ya varios cumpleaños redactados en este blog, creo que va a ser de esas pocas veces en las que intento dejar mi ironía y mi humor a un lado para sacar mi vena más ñoña y romanticona, que la tengo, creedme. Es mi madre, por lo que es imposible que esta entrada sea mínimamente objetiva. Preparad el clínex si sois extremadamente sensibles.

Desde que tengo uso de razón, nunca la he visto tirar la toalla. Continuamente luchando con(tra) un mundo que no siempre ha sabido aprovechar todo lo bueno que hay en ella. Luchando por hacerse un hueco entre ese grupo de personas imprescindibles en cualquier lugar, para crear un equilibrio. 
Ella es serena. Ella es cabezota. Ella es fuerte. Ella es luchadora.

Es cierto, que muchas veces no me doy cuenta de la suerte que tengo de tenerla conmigo, siempre dispuesta a ayudarme y al pie del cañón a la mínima de cambio. No me cansaré de decir, que ella es la causante (gracias a Dios) de lo que soy hoy: Una persona absolutamente normal, con los mismos problemas y las mismas posibilidades que cualquier otro que se precie. Alguien que no ha tenido nunca algún problema como el mío, o de magnitud similar, nunca sabrá apreciar del todo, la gratitud que se siente hacia la persona que te ha sacado adelante.

Y aunque en determinadas ocasiones no nos pongamos de acuerdo, no imaginaría mi vida sin ella.

Ella siempre ha sabido sacar lo mejor de mí, y de cualquier persona que le pille cerca. Antepone a cualquiera a sí misma, y la persona que la conozca mínimamente, sabe de lo que estoy hablando. Desgraciadamente, me siento en la necesidad de recalcar que no es oro, todo lo que reluce, y su bondad a veces, se ha visto malamente recompensada. No sabéis lo que os perdéis, y si no os habéis dado cuenta todavía, tiempo al tiempo.



¿Qué más añadir? Pues que la quiero, aunque muchas veces no se lo demuestre de verdad. Gracias por ser quien eres. Gracias por convertirme en lo que soy. Gracias.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAMÁ!